11 mayo, 2009

Aventuras en bicicleta

En su edición del 3 de mayo el Diario Hoy publicó el siguiente artículo...
Un grupo de amigos recorre el partido de La Plata y las localidades cercanas. Disfruta de los paisajes naturales, los caminos rurales, los senderos intrincados y los silencios profundos. También realizan excursiones nocturnas sin más apoyo que la luna llena. Arroyos que cruzan de lado a lado el camino hasta perderse en la inmensidad del verde, extensos senderos de tierra en los que sólo se escucha el sonido de las aves y viejos puentes de madera que obligan a extremar recaudos para no tropezar en el intento... Cercanos y accesibles, estos paisajes podrían considerarse como el antídoto natural contra el estrés cotidiano; pero para disfrutarlos en su real magnitud es necesario prescindir del auto que tanto apego genera en el llamado homo urbanus.El Gran La Plata, Bavio, Ferrari, Magdalena y Chascomús son sólo algunos de los destinos que aún atesoran sorpresas para quienes los recorren en bicicleta; y es precisamente eso lo que hace el grupo de cicloturismo La Loma.Nacido en el barrio homónimo -del casco urbano platense- el grupo cuenta con más de 500 miembros, ya que a los ciclistas locales se les suman otros de Quilmes, Avellaneda y Capital Federal, dispuestos a realizar ese ritual que suele arrancar bien temprano, a las 8 o a más tardar 9 a.m. Las mountain bike se juntan en la esquina de 31 y 44 y desde ahí parten en busca de los caminos que los llevarán por una aventura que -si sólo es dominguera- no saldrá de los límites del partido: Poblet e Ignacio Correas, son dos de los circuitos más habituales.
Las salidas suelen ser en grupos de entre 20 y hasta 50 personas, ya que todo depende de la distancia y la capacidad de pedalear que tenga cada uno; por lo demás, no existen límites: el paseo es gratuito y las edades variadas, a tal punto que el más chico tiene 12 y el más grande 64. Aunque también está Julia, una chiquita de dos años a la que llevan en una sillita. Tranqueras, almacenes de campo y quizá alguna estación que hoy es mudo testigo del paso del tren. Estas son algunas de las alternativas que ofrecen los viajes cercanos, pero una vez por mes se aventuran un poquito más lejos (acaso a la zona de Punta Indio) y suman el desafío de dormir en carpa.Cuando la salida es cercana, el regreso es tempranero: no más de las tres de la tarde, como para que la noche no los sorprenda en el camino. Sin embargo, hay noches que invitan a la aventura y es por eso que también realizan excursiones nocturnas.
Una caramañola, el equipo de mate, algo para comer, herramientas básicas y una cámara de repuesto; eso es todo lo que llevan, más el amor inclaudicable por la naturaleza. La aventura puede estar aquí no más, al alcance de la mano, y para comprobarlo alcanzará con pedalear hasta Berisso, bajar a playa por Pablo Blanco y -si el río está bajo- darle hasta la Isla Paulino, de la que seguirán en lancha hasta la Santiago (Ensenada) para retornar una vez más a La Plata.

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