29 septiembre, 2009

El día que Evans dejó de ser "segundón"

Cadel Evans por fin sabe lo que es subirse a lo más alto de un podio. El ciclista australiano, habitual 'segundón' en las citas importantes, se hizo con la medalla de oro en la prueba en ruta del Mundial de Mendrisio y pone fin a ese cartel de eterno favorito sin éxito.
A sus 32 años, Cadel Evans ya tiene una gran victoria que recordar. Su palmarés no es discreto, ni mucho menos malo. Sin embargo, siempre se le había criticado y reprochado el que fuera siempre parte integrante de las apuestas y que al final nunca rindiera como se esperaba de él.
El ciclista, natural de la localidad australiana de Katherine, obtuvo su primer segundo puesto en el Tour de Francia de 2007. Un enorme Alberto Contador le privó de su primer gran éxito, pero aquella segunda plaza de la general hizo que su nombre empezara a ser tenido muy en cuenta en las grandes carreras.
Siempre un español en el camino
En la Vuelta a España de ese año logró un cuarto puesto que le supo a poco. Por eso, en 2008 decidió que su gran objetivo debía ser el Tour, donde se sabía que Contador no iba a poder correr por problemas en el equipo Astana. A raiz de esto, casi todo el mundo daba por vencedor a Evans, que se preparó a conciencia la prueba.
Pero, una vez más, un español se colaba en su camino. En esta ocasión era Carlos Sastre el que se imponía en París y Evans volvía a ver la capital francesa desde el segundo cajón, por debajo de sus expectativas. Pero nunca se rindió. En 2009 empezaba una nueva temporada para el australiano, que no perdía la paciencia.
Una victoria de etapa en la Dauphiné Liberé permitía soñar a un corredor que tenía su mira en las grandes vueltas. Su estado de forma era bueno, pero Contador volvía a ser la amenaza en su tercer intento por conquistar el país galo. Y, como estaba escrito en el guión, el madrileño se hizo con el triunfo. Evans fue una de las grandes decepciones al quedar en 30º lugar a más de 45 minutos de Contador.
'El que la sigue la consigue'
Entonces llegaba el reto de la Vuelta a España. La intención era probar sus fuerzas, medirse ante rivales de entidad como Valverde o Samuel Sánchez y, de no ver opciones, centrarse en el Mundial. Y no lo hizo mal. En la octava etapa se hacía con el maillot de oro de la general, pero poco le duraría la alegría porqe, un día más tarde, Valverde se lo arrebataba sin piedad.
Al final, Evans terminaba tercero en la general, un premio insuficiente para un corredor que aspiraba a mucho más esta temporada. Pero le quedaba una última oportunidad: el Mundial de Mendrisio. El ciclista del Silence-Lotto lo sabía y por eso, sin hacer mucho ruido, se preparó con dureza.
Y, como se suele decir, 'el que la sigue la consigue'. No hay mejor dicho que se acople a la carrera de Cadel Evans, que finalmente, con su medalla de oro en el Mundial de Mendrisio, ya puede presumir dentro del pelotón de tener una gran victoria en su palmarés. (marca)

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