25 agosto, 2009

Justicia por el Ángel de la Bicicleta

“¡Hijos de puta, no tiren que hay pibes comiendo!”, gritó Claudio “Pocho” Lepratti sobre el techo de una escuela de Rosario, instantes antes de que una bala de plomo del policía Esteban Velázquez le perforara la tráquea. Era 19 de diciembre de 2001, y el país estaba conmocionado por la crisis económica y la inestabilidad política que terminaría con la renuncia del ex presidente Fernando de la Rúa. Las fuerzas policiales salieron a reprimir saqueos y, en su lugar, ese día murió Lepratti.
Siete años más tarde, cinco policías fueron condenados por encubrimiento en la causa por el asesinato del militante social.
“El Ángel de la Bicicleta”, como lo llama la sociedad santafesina, se convirtió en un símbolo de resistencia y en un mártir. Mientras grafittis de bicicletas negras recubren las paredes de Santa Fe en su honor, el mismo cantautor León Gieco le dedicó una canción. “Bajen las armas, que acá sólo hay pibes comiendo”, canta el estribillo. (critica digital)

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